Al hacernos grandes, descubrimos otro sentir. Sus películas eran pura denuncia social, ante las injusticias, ante la vorágine de Los Tiempos Modernos, ante las dictaduras.
A algunos países su buen hacer, no les hizo ninguna gracia y lo vetaron, véase por ejemplo Estados Unidos, otros países vetaron algunas de sus películas. En nuestro país por ejemplo, no pudimos ver El Gran Dictador hasta después de la muerte del dictador que teníamos aquí.
Pero Charlot también supo hablarnos de Amor sin decir una palabra, porque con sus gestos y su expresión lo decía todo.
María Ibáñez
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