sábado, 31 de enero de 2009

Don Bosco de buen rollo


Como cada año el 31 de enero es sagrado para mi. Fiesta de Don Bosco y yo como un clavo, allí estoy en mi cole, para celebrarlo con viejas compañeras y maestras, y por supuesto con las nuevas generaciones, los jóvenes de buen rollo, (como han dicho los niños en la Eucaristía) los siempre amados por Don Bosco.
Menuda olla de chocolate que se estaban reparando.mmmmmmmmm
Pero las antiguas alumnas del lugar, tampoco nos hemos quedado cortas, hemos traido bocadillitos, tartitas, olivitas, frutos secos. etc y la reina de la tarde la tortilla de patata, que rica.
Lo pasamos muy bien, porque además de comer recordamos viejos tiempos, y nuestros recuerdos son positivos, echamos de menos a las que por un motivo o por otro ya no están. Pero aun así no dejamos de pasarlo genial.
Cuando se acerca la hora de la Eucaristía, lo recogemos todo y lo dejamos igual que antes de haber llegado, porque estas monjitas nos enseñaron a ser muy ordenaditas, de algo nos ha servido el habernos quedado al oficio.
La Eucaristía ha sido sencilla, y a la vez grande sobre todo por la alegría que da ver a los niños participar, sin parafernalias, con la sencillez y la naturalidad que da, el no tener preparada una canción, o que el salesiano (que por cierto se parecía a Montilla) se haya puesto una peluca amarilla símbolo como de la alegría de Don Bosco. (como podemos apreciar en la foto, nuestro Don Bosco particular imana alegría a raudales jejejeje)
María Ibáñez

miércoles, 14 de enero de 2009

MIS BIENAVENTURANZAS


Bienaventurados los que nada tienen, porque ellos no tendrán que declarar a Hacienda.
Bienaventurados los que, aun sabiendo que les están tomando el pelo, son solidarios con quien algo les pide, porque la buena providencia no les abandonara.
Bienaventurados los que van en el bús o metro, apretados como sardinas, porque el día que hallen un asiento vacio, será para ellos una fiesta.
Bienaventurados los sordos, porque ellos no tendrán que escuchar todas las necedades que dicen los políticos.
Bienaventurados los calvos, porque ellos nunca tendrán caspa, (O bien)
Bienaventurados los calvos, porque ellos no encontrarán un pelo en la sopa.
Bienaventurados los tímidos, porque ellos nunca se quedarán áfonicos.
bienaventurados los niños con síndrome de Danww, porque ellos nunca llegarán a odiar.

domingo, 11 de enero de 2009

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

No me des todo lo que pido.
A veces, solo pido para ver hasta donde puedo llegar.
No me grites.
Te respeto menos cuando lo haces; y me enseñas a gritar también.
y yo no quiero hacerlo.
No me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes, a veces me pidieses las cosas, yo lo haría más rápido y a gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana.
Si tu me haces sentir mejor que los otros, alguien sufrir; y si mehaces sentir peor
que los otros, seré yo quien sufra.
No cambies de opinión con tanta frecuencia sobre lo que debo hacer.
Decídete y mantente en esta decisión.
Déjame valerme por mi mismo.
Si tu lo haces todo por mi, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras ante mí, no me pidas que yo las diga por ti.
Me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices.
Cuando hago algo mal no me exijas que te diga porque lo he hecho.
A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en alguna cosa, acéptalo,
y crecerá la opinión que tengo sobre ti.
Así me enseñaras a admitir también mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabillidad y cordialidad con que tratas a tus amigos.
Que seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga algo si tú no lo haces.
Yo aprenderé siempre lo que tu hagas, aunque no lo diga,
pero nunca haré lo que digas y no hagas.
Enseñame a amar y conocer a Dios.
Aunque en la catequesis o en el colegio me quieran enseñar,
de nada sirve si no veo que tú no conoces no amas a Dios.
Cuando te explique un problema mío, no me digas "no tengo tiempo para tonterías"o "esto no tiene importancia".
Trata de comprenderme y ayudarme.
Y quiéreme y dímelo.
A mi me gusta oírtelo decir, aunque tu creas innecesario decirlo.

Gracias Marina
por haceme llegar esta carta, publicada en la parroquia Virgen del Pilar de Masnou