miércoles, 25 de noviembre de 2009

RÉQUIEM

Después de una larga agonía,
y tras dos hidrorragias, ha muerto.
Mi pena es muy grande,
cuanto sufrimiento,
las convulsiones eran constantes.
Cuantas satisfacciones me dió,
satisfacione blancas,
satisfaciones negras y otras veces,
satisfacciones de color,
pero ella siempre estaba ahí,
daba igual la hora,
tanto daba, si era de día o de noche,
si era verano o invierno,
siempre pude contar con ella,
ella tan querida por mí.
y no pido para ella una oración,
y no pido para ella un recuerdo en el corazón,
porque solo yo puedo sentir el vacío,
que en mi casa ha quedado.
¡Ha muerto mi lavadora!
María Ibáñez

lunes, 9 de noviembre de 2009

EL MURO DE LA VERGÜENZA

9 noviembre 1989
20 años desde la caída del muro de la vergüenza.
Hurra por la Libertad, celebramos la caída del muro,
y sin embargo, seguimos levantando muros
a nuestro alrededor; egoismos, intolerancia,
racismo o lo que es lo mismo clasismo,
independentismo, se quieren cerrar fronteras,
en lugar de abrirlas,y que todos podamos decir,
como decía el poeta"Allí donde resuene mi voz, de allí soy yo.
María Ibáñez

domingo, 8 de noviembre de 2009

La Felicidad

La felicidad es relativa,
la felicidad son pequeños momentos,
la felicidad son pequeñas situaciones
¿Quién nos puede decir o negar?
Que es una gran alegría, una gran felicidad,
el hecho de que la mierda salga del cuerpo.
Pues doy fé de ello, lo es,
la mierda no siempre es una mierda,
aveces como en el caso, de una oclusión intestinal,
la mierda es un gran gozo.

María Ibáñez

viernes, 6 de noviembre de 2009

Urgencias (Hospital del Mar)

A quien corresponda
Felicito al personal del servicio de urgencias, por la atención prestada (tanto a nivel personal, médico y sanitario), a los enfermos hacinados en “pasillo” entre ellos estuvo mi marido durante 48 horas. Yo como acompañante no tenía ni una triste silla donde sentarme, por no haber espacio físico donde ubicarla.
Para que pasara una camilla, había que mover a otro enfermo una y otra vez, los camilleros tenían que ir salvando obstáculos, esquivando carros, navegando entre camillas haciendo malabares para poder entrar en un box. En fin es deplorable que tengan que estar ejerciendo su trabajo en un cubículo, y que la Administración de este país no haga nada al respecto, y que por otro lado haya quien dispone de grandes despachos, y no me refiero al tema de sanidad, me refiero a otros despilfarros que se cometen en este país, véase caso Millet, alcaldes y demás etc.
María Ibáñez