sábado, 3 de noviembre de 2012

Canción Última de MIguel Hernández


Pintada, no vacía:                                                                                          
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruidosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.


Canción penúltima (Espejo de María Ibáñez octubre 2010. con tu permiso Miguel)

Hipotecada, no vacía,
hipotecada está mi casa,
del color de mi familia
y de grandes desgracias.

Regresará de la amargura
adonde fue llevada,
con su desierta mesa
con su nevera vaciada.

Florecerán los hijos
sobre el amor de nuestra casta,
y en torno a sus vidas
lloraremos bajo la almohada.

Los bancos seguirán robando
el futuro caerá en picado
políticos defraudadores
¿Por qué nos habéis engañado tanto?

Y después de la larga noche
llegará la alborada,
traerán sellados papeles
nos despojarán,
de nuestra hipotecada casa.

Con nuestras manos vacías
tendremos templanza
y diremos como Miguel Hernández
Dejadme, dejadme la Esperanza

María Ibáñez