viernes, 22 de abril de 2011

Sobre la muerte al amparo de la fe




Viernes Santo, muerte del Señor

La muerte forma parte de la vida
Seis muertes han afectado mi vida, en cada una de ellas los sentimientos han sido diferentes, pero en todas ellas, un denominador común: Siempre dolor y oración.
La primera fue la de mi hermano Eduardo, mi sentimiento fue de rabia, de deseos de muerte para otras personas.
La segunda fue la de mi padre, fue, un no sentir nada, el dolor y la pena surgió tiempo después
Para mi hermano Pascual la muerte fue una liberación, pero para mi fue el desconsuelo total, causándome una gran depresión, que duró mucho tiempo
La muerte de mi madre, a lo largo de mi vida, siempre había temido que llegara ese momento, creía que me moriría de pena, que me volvería loca de tanto dolor que no lo podría soportar, y sin embargo cuando ocurrió. Le bese las manos y después la cara, y en lugar de desesperación, sentí paz
Era como si todo el amor que en casa le habíamos dado, ahora ella lo hubiera volcado sobre mí como si fuera una capa de amor. Lloré suavemente sin escándalo en silencio, imaginaba, que un coro de ángeles la habían venido a buscar, y estaban todos alrededor de su cama y por supuesto mis hermanos y mi padre todos deseosos de tenerla ya con ellos. Fue un irse dulce, causado por las drogas que le habían administrado, se fue apagando poco a poco, como aquellas velas, que ella siempre había tenido encendidas, desde aquel día que mi hermano Eduardo se fue a Salamanca porque quería ser torero.
Más tarde sobrevino la muerte de Juan mi amigo del alma, que formaba parte de mi familia, por su pérdida sentí mucha tristeza.
Y ahora Magín, después de 36 años juntos se ha ido también, la sombra de la muerte ha acechado bastantes veces su vida, nuestras vidas.
Muchas estancias en hospitales, tantas horas de espera, de oración esperando lo peor, temiendo que llegara esa fatídica hora, creyendo no ser capaz de soportar tanto sufrimiento. Y ahora sin esperarlo ha ocurrido. Se ha ido una parte de mí, pero lo siento muy cercano, porque el gran consuelo ante la muerte de un ser querido, es que ya forman parte de la Vida de Dios, porque Jesús estando en la cruz le dijo al otro crucificado. Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Me sorprendo de llevarlo con tanta entereza, con tanta serenidad, algunas personas me han dicho: tu eres fuerte, te admiro, yo les digo que no soy fuerte, que soy muy débil, Dios y yo lo sabemos perfectamente, que no me admiren, que yo no tengo ningún mérito, porque la fuerza que tengo, no sale de mi, porque el mal y bien sale de dentro de nuestros corazones, pero esta fuerza que yo siento, me viene de fuera, es Dios mismo que me sostiene para que no desfallezca, porque de no ser así, no podría soportar tanto dolor. A lo largo de mi vida, constantemente le he pedido a Dios que me diera fe, fuerza para seguir adelante, sin embargo en esta situación tan dolorosa, no necesito pedirle nada, porque lo tengo todo. Tengo lo mejor que se puede tener en esta vida. Tengo la mejor familia, que no me dejan ni a sol ni a sombra, mi familia sólida como una roca de la que me siento la mujer mas afortunada de esta tierra. Y solo puedo dar gracias a Dios por ello
María Ibáñez

viernes, 15 de abril de 2011

Magín

Te fuiste sin decirme adiós,
sin un suspiro,
sin una queja
sin una lágrima,
sin un reproche,
sin una palabra de amor,
quedaba tanto por hacer,
quedaba tanto por decir,
el tintero está lleno
y así seguirá, de aquí a la eternidad.

Hoy hace tres semanas que te vi por última vez, como cada viernes y sábado a última hora de la tarde, te vestías de motero, y con la ilusión de un adolescente te ibas al club de los vikingos. Yo estaba sentada en el sillón, me trajiste una bolsa de patatas y levantando la mano me dijiste: hasta luego. Ahora estoy en el mismo sillón medio adormilada por el cansancio, en la televisión suena una canción, la letra me resulta conocida, empiezo a llorar, el título es Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo

PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante un muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentiras perdida y sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en tí como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor

Un hombre sólo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo no son nada.

Pero cuando yo te hablo a tí
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en tí
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en tí
como ahora pienso.
(José Agustín Goytisolo)

domingo, 10 de abril de 2011

Querido Magín


31 de marzo
Querido Magín se que ya no estás aquí, pero es como si no te hubieras ido, y de algún modo fueras a estar aquí presente, imagino que ese es mi deseo, porque en el fondo siempre he sido demasiado ilusa, por otra parte tu ya formas parte de Dios, y no se si es, tu espíritu, tu fuerza, tu energía llámalo como quieras, pero siento que me sostienes, y esto hace que esta serenidad, esta entereza, por momentos me haga pensar que soy una egoísta, que en lugar de estar sollozando por los rincones, esté incluso dando ánimos a las personas que me llaman por teléfono para darme su apoyo.
Así que me estoy comportando como tu querrías que hiciera, sin dar pena, aunque de todos modos insisto me parece que soy algo egoísta o insensible por estar tan serena.
Dicen que nunca es tarde, si la dicha es buena, pero en este caso, es demasiado pronto, para ser tarde, es muy tarde para decirte, que te quiero con toda mi alma, que me falta por lo menos, ese último abrazo, ese beso de despedida.
Quiero pedirte perdón por mi falta de ternura, pero nunca falta de cariño, y ahora es tarde para decírtelo, aunque tu sabes que nuestro amor siempre ha estado ahí, a pesar de que los dos hemos sido parcos en palabras, han primado los hechos.
Nunca me había parado a pensar de la gran suerte que tiene el ser humano, que ante las desgracias, las penas, un gran dolor, puede llorar y a través de esa válvula de escape descargar parte del dolor que se lleva dentro.
Muchas veces la válvula se atasca o quizás tenga iniciativa propia y no permita que se abra. Mi válvula es silenciosa, hay momentos de desahogo silencioso, como ahora, que estoy escribiendo, o en otros momentos, como ayer cuando fuimos al depósito donde estaba la moto (tu mortaja). Al salir de allí, las lágrimas fluían en silencio, Magí y mis yernos me abrazaron para que no desfalleciera.
Magín que suerte hemos tenido con la familia que tenemos, no me dejan ni a sol ni a sombra.
Y aunque hemos fracasado en más de un proyecto, en lo que hemos acertado, y lo hemos hecho Bien ha sido con la familia, ya que para los dos, ha sido siempre lo más importante, tanto la que ya teníamos, como la que ha venido más tarde.
Tengo lo mejor que se puede tener en esta vida. Una familia maravillosa, sólida como una roca de la que me siento la mujer más afortunada de esta tierra
En la salud lo hemos tenido muy crudo. Hemos sido ricos en pobreza, porque la falta de dinero siempre ha sido nuestro desánimo, nuestro cabreo, nuestra lucha, y siempre trampeando y siempre la buena providencia ha estado ahí, pero aun así en ese sentido ¡Que mal lo hemos pasado! Pero siempre unidos, dando ánimo el uno al otro en esos momentos de desánimo.
¿Y con quién me quejaré ahora? De nuestra insolvencia, de los políticos que son unos cabrones, de las noticias de TV.
¿Y con quién tendré diálogos de besugos? Para más tarde cabrearme por ese mismo diálogo de besugo.
Me quedo con lo bueno Magín.
No me dejes nunca.
Tu amada esposa María