El alma se me hiela, solo de pensar
Que a mi hijo lo podían matar.
En medio de la noche oscura,
Me despierto sobresaltada,
Y veo a mi hijo con la cara destrozada.
Su cuerpo yace inerte
Sobre su sangre inocente
Sus ojos, bajo los párpados yertos,
Nunca podrán mirar,
A esos jóvenes asesinos,
Que lo acaban de matar.
Trato de no pensar,
Desterrar de mi estos pensamientos,
Pero son mas fuertes que yo,
Y por mas que cierre mis ojos,
Esa horrenda imagen sigue presente.
Inmersa en esta angustia
busco en ti consuelo,
¿Dónde estás poesía que no te veo?.
María Ibáñez
Recuerdo cuando la leíste en "La noche es tuya"... la tengo grabada.
ResponderEliminarCris