Jueves Santo, Cena Pascual, banquete de fraternidad, alimento y bebida para nuestra salvación.
Un mandamiento nuevo os doy,
Amaos los unos a los otros como yo os he amado.
Antes de empezar la Eucaristía, me han dicho si quería sostener el Cáliz con la Sangre de Cristo a la hora de la Comunión ya que hoy se comulga bajo las dos especies, el pan y el vino, nunca he querido dar la comunión de ninguna de las maneras ya que es algo muy grande y yo no me siento digna de ello, pero hoy no se porque he dicho que si.
Y he mirado mis manos para comprobar que manos y uñas estuvieran limpias.
Mis manos llenas de mis pecados,
mis manos llenas de mis miedos,
van a acoger Tu Sangre,
Sangre que derramaste por mi,
no soy digna de tenerte en mis manos,
pero Tu me quieres, me acoges,
me perdonas, me consuelas,
me amas.
Viernes Santo
Como cada Viernes
Santo me dirijo a mi barrio Buen Pastor para participar en el Vía Crucis,
camino de cruces. Recordamos aquel camino que Jesús tuvo que recorrer a causa
de nuestros pecados. Todas las estaciones pueden decirnos algo personal a cada
uno de nosotros, de todos ellos me quedo hoy con la quinta estación: Jesús es
ayudado por el Cireneo, me ha recordado a mi madre ya que ella, tenía muy bien
asumido que hay que cargar con la cruz y no solo con la propia , sino con las que Dios
nos mandara, decía ella. Mi madre mujer de una gran fe, ya me conformaría yo
con tener una décima parte de la fe que ella tenía.
Y al final Jesús en
el sepulcro. Con la mirada en la cruz y la esperanza de la Resurrección, vuelvo
a casa. María Ibáñez
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