La fiesta más grande de la cristiandad, anoche
antes de empezar la gran celebración de la Pascua, me senté delante de Jesús
Crucificado, esa imagen que está presente en mi vida desde que nací, la
observaba y pensaba cuanto dolor hay en ese rostro y ya no por el sufrimiento
físico recibido, sino por el dolor que debe de seguir sufriendo Cristo, por la
humanidad, porque después de mas de dos mil años, da la sensación de que su sacrificio ha sido
en vano, asesinatos en nombre de lo mas sagrado, guerras, violaciones de todo
tipo, injusticia, egoísmo, y un largo etcétera de pecados. Y a pesar de todo y
no entendiendo tanto dolor que hay en el mundo, de tanta oscuridad, de tanto
pesimismo, pensando que estoy ya no hay quien lo arregle, vamos a tener
esperanza, vamos a celebrar la gran fiesta de la luz. La luz que tiene que
iluminar nuestra vida. Aleluya Cristo ha resucitado.
María Ibáñez
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