Después de tres
años sin entrar al blog, hoy me decido a
hacerlo de nuevo. Aunque no es un día muy apropiado para ello. Nueve años sin Magín, podría decir muchas cosas, o seguir silenciando,
cuando te echo de menos. En esas calles solitarias por las que nadie está pasando.
No salen letras
de mis manos, que digan cuanto te quiero,
a pesar de haber pasado tanto tiempo, desde que ya no estas a mi lado. Hoy es
el primer año que por tu ausencia no he llorado. En la cocina he puesto tu foto junto a Cristo crucificado y una vela encendida. Recordando
la luz del Resucitado.
María Ibáñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario