viernes, 1 de agosto de 2008

Alma



En la soledad de mi alcoba pienso en ti,
miro al infinito en esta noche sin luna,
una ligera brisa entra por mi ventana.
Siento como me envuelve
acariciando mi espalda,
la atraviesa cual espada y se topa con mi alma.
Que se encuentra dormida
debajo de mi almohada,
esta se sobresalta y se marcha.
Ahora me encuentro sin alma,
sin brisa, sin nada,
la oscuridad es absoluta.
Salgo a la calle en busca de mi alma
grito pidiendo auxilio,
mas, de mi garganta no sale nada.
Camino despacio errante
sin rumbo , sin rumbo
no voy a ninguna parte.
Miro de nuevo al infinito
en ti vuelvo a pensar,
y mi alma en mi de nuevo está.
Con la aurora
nuevas ideas vendrán,
y me ayudarán a vencer la soledad.


María Ibáñez

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