Vi a un hombre un día
que de pena lloraba,
porque la mujer que quería
con otro ya estaba casada.
Sentado en una piedra
con ella soñaba,
aun sabiendo que nunca.....
llegaría a ser su amada.
Se sentía como un juglar
versos a cientos hacía,
aun sabiendo que nunca....
a ella se los leería.
Un día se levantó
y empezó a ha hacer camino,
para ver si se olvidaba
de aquella mujer casada.
A medida que se alejaba
su amor iba en aumento,
lágrimas amargas caían......
que calmaban su agonía.
María Ibáñez
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